Arquidiócesis
de Yucatán
Comisión
de Animación Misionera
C57
# 585 X 74 – A, Centro
Tel.
9 23 73 67 y 9 86 00 79
“LA FE, UN DON PARA COMPARTIR”
DOMINGO MUNDIAL DE MISIONES (DOMUND). 21 DE OCTUBRE DE
2012
“VIVIR LA COMUNIÓN EN LA IGLESIA,
UN CAMINO PARA SER DISCÍPULOS MISIONEROS DE JESÚS”.
CATEQUESIS PARA NIÑOS
PREPARACIÓN:
Ambientar el lugar donde será la catequesis con globos de colores de los 5
continentes o, si la parroquia tiene algo alusivo para ese día, hacerlo notar a
los niños.
OBJETIVO:
Que los niños se den cuenta de que la Iglesia (parroquia) es la comunidad de
hermanos que les extiende sus brazos amorosos para ayudarles en su formación
como verdaderos discípulos y misioneros de Jesucristo.
BIENVENIDA:
¡Hola amiguitos! Sean muy bienvenidos a esta reunión donde cada semana Jesús
nos va descubriendo su amor por nosotros, para que seamos más felices cada día,
y para que por ti lleguen a conocerlo también los otros niños que no vienen
regularmente a la catequesis, ni a Misa, ni a la parroquia.
CANTO:
Amigo Jesús (Amigo, amigo Jesús, queremos ser como tú. Por eso, amigo Jesús, te
ofrecemos nuestra juventud), Amigo (Tú eres mi hermano del alma realmente el amigo…),
Iglesia peregrina, o alguno que más conozcan.
ORACIÓN:
Señor, tú que recibiste el sacrificio de tu Hijo con beneplácito por su
entrega, dígnate aceptar de nuestra parte la alegría y el deseo de llevarte a
los que no te conocen, a los que se enfriaron en la fe, para que juntos
formemos tu Reino, tu comunidad diocesana sin fronteras, desde este pedazo de
tierra de nuestra amada Arquidiócesis de Yucatán. Amén.
EXPERIENCIA
HUMANA: Hola: me llamo Francisco Javier. Voy a cumplir pronto trece años y
quiero compartir con ustedes esta experiencia. Este año, con apenas doce años,
por fin hice mi primera comunión. Iba diario a la preparación intensiva en mi
parroquia y sin fallar los sábados durante años anteriores, hasta que llegó el
momento tan esperado por mí y todos los niños del grupo. Fue muy importante
para mí pues por primera vez recibí a Jesús Eucaristía, nuestro Gran Amigo y
Salvador, y ahí me di cuenta de que necesitamos también nosotros ser discípulos
de Jesús en nuestras familias, colegios, amigos, etc. Salí tan contento que
comencé a platicarles a mis papás esa experiencia que sentí, y sobre todo que
creía que Jesús me estaba invitando a ser su discípulo misionero, pero
comenzando por mi familia (ella no es del todo muy practicante). Y es ahí donde
comenzó mi trabajo misionero; ya que comprendí que la catequesis no debe ser
solo para “hacer la 1ª. Comunión” sino más, bien un itinerario (camino) que
dura toda la vida, a través de la práctica de la oración familiar, la lectura
de la Palabra de Dios (Biblia) y desarrollar en ellas las virtudes evangélicas
que practicó Jesús, que ayudan a consolidar a las familias como pequeñas
Iglesias domésticas.
MENSAJE:
Jn 15, 14 - 17 “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando, no les
llamo ya más siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo: a ustedes
les he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi Padre se los he dado a
conocer. Ustedes no me han elegido a mí, sino que yo los he elegido a ustedes y
los he destinado para que vayan y den fruto. Y que vuestro fruto permanezca; de
modo que todo lo que pidan al Padre en mi nombre se lo conceda. Lo que les
mando es que se amen los unos a los otros”.
La
niñez hoy en día, debe ser destinataria de una acción prioritaria de la Iglesia,
de la familia y de las instituciones del Estado, tanto por las posibilidades
que ofrece, como por la vulnerabilidad a la que se encuentra expuesta. Los
niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo por su capacidad
de aceptar con sencillez el mensaje evangélico. Jesús los escogió con especial ternura
(Mt 19,14) y presentó su capacidad de acoger el Evangelio como modelo para entrar
en el Reino de Dios. (Mc 10,14) (D.A. # 438)
PROFUNDIZACIÓN – COMENTARIO: La Iglesia es
casa y escuela de comunión donde los discípulos comparten la misma fe,
esperanza y amor al servicio de la Misión Evangelizadora. Esto quiere decir, amiguitos,
que al igual que en sus casas les enseñan muchas cosas (por ejemplo, desde chiquitos,
a hablar, comer solos, a caminar, a saber comportarse bien, a persignarse,
rezar, etc.) y en la escuela (a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar,
etc.), así en la Iglesia se enseña a vivir en comunión, a compartir la misma fe
y el mismo amor a todos los seres humanos, para poder servirlos como hermanos
nuestros y así ser, y hacer, amigos de Jesús; pero, ¿te has fijado que en la
escuela hay muchos grados y niveles? Porque un niño no aprende las mismas cosas
cuando está en kínder, que cuando está en cuarto de primaria o en la
secundaria. Esto tiene una razón, la educación para todas las personas es como
un largo camino que tiene que dividirse en etapas, o niveles. Pues también la Iglesia
es como una escuela que tiene un camino trazado que se lleva por etapas para
que aprendamos a vivir como discípulos misioneros en la comunión con la Iglesia.
Pues bien, para iniciar a ser discípulo misionero, necesitamos:
Primero.- Encontrarnos con Jesús,
escuchar su llamada personal, para seguirlo de manera más comprometida.
Esa fue la hermosa experiencia de aquellos primeros discípulos que, cuando se encontraron
con Jesús, quedaron fascinados y llenos de asombro ante la autoridad y
sencillez de quien les hablaba, ante el modo como los trataba y correspondía al
hambre y sed de vida feliz que había en sus corazones.
Segundo.- Escuchar atentamente su Palabra,
cuando
asistimos a la Santa Misa, en las lecturas y el Evangelio es Jesús quien nos
habla, por ello hay que estar atentos para escuchar qué nos quiere decir; así
también cuando leemos las Sagradas Escrituras de manera personal y hacemos
oración con ella.
Tercero.- Adhesión profunda y
personal a Cristo. Esta adhesión a Jesús quiere decir que hay que tener a
Jesucristo como centro de nuestra vida (decir no más pecado, sí más Jesús
nuestro Salvador).
Cuarto.- integrarse a la comunidad.
Ya
sabemos que Jesús eligió a doce personas para que estuviesen con Él, (Mc 3, 14) es decir llamó a los que serían sus
discípulos para que vivieran junto con Él, para que aprendieran de Jesús y así
aprenden a vivir en comunión. ¡Esto es la comunión!, el vivir juntos en
comunidad, reunidos en torno a Cristo nuestro Señor y Salvador.
Quinto.- Seguir a Jesucristo. Hoy
Jesús los llama a ustedes, amiguitos, para que estén con Él, para que vivan
junto con Él, en comunión. Nuestros obispos nos enseñan que, cuando Jesús llama
a sus discípulos, nunca nos invita a vivir en solitario, sino que siempre llama
a vivir en la comunión de la Iglesia y ¡qué bueno!, pues cuando Jesús nos llama a ser sus discípulos misioneros, nos
da una gran familia, la familia universal de Dios en la Iglesia Católica; por
eso afirmamos que cuando alguien es llamado a ser discípulo misionero, también
le es regalada una familiotota, una comunidad que está en todos lados, ¿se dan
cuenta? Formamos parte de una familia que se extiende ¡por el mundo entero! Tal
vez ustedes piensen… ¡sí, cómo no!, pero así es, tú tienes familia en Cuautitlán,
Mozambique, la Tarahumara; o en Perú o Japón, China, aunque eso no lo creas del
todo; pero es a través de la Eucaristía, la Palabra de Dios, los sacramentos y
la misma fe que profesamos que en Jesús somos una comunidad, hacemos comunión.
Sexto.- El discípulo se torna
misionero. Quiere llevar a otros al encuentro con Cristo (no
los aleja). Los misioneros son aquellos niños que dicen buenas noticias a los
demás, como, por ejemplo, que Dios ama a todos los hombres y quiere que se
salven, y conozcan a Jesús, nuestro Salvador.
Séptimo.- Testigo del amor de Cristo,
el discípulo trabaja en la sociedad. Jesús nos pide realizar
una gran tarea, al igual que a sus primeros discípulos, esta es: CONTINUAR
transmitiendo a los demás ese amor de Dios (ya sea en vacaciones, clases,
tareas, en casa con los amigos, etc.) Demostrar con nuestra vida que Él está
siempre con nosotros. Querer transmitir esto es lo que nos hace llamarnos
misioneros.
ACTIVIDADES:
Que en su cuaderno cada niño prepare una invitación dirigida a un compañero de
la escuela, a un vecino, primo, a sus papás, tíos y a sus mejores amigos, para
que se acerquen a su comunidad parroquial y también los inviten a ser
discípulos misioneros de Jesús. Ponerlo en común, entregárselo al catequista y
él escogerá cual es más claro y bonito para darle un aplauso al ganador.
O
realizar la sopa de letras **:
ORACIÓN
FINAL: Padre bueno, que no llamas a los más capacitados sino que capacitas a
los que llamas, te pedimos que, dóciles al Espíritu Santo, nos formemos como
discípulos misioneros a los pies de tu Hijo Jesucristo, el Maestro, y, a
ejemplo de María Santísima , discípula misionera, estemos atentos a la escucha
de la Palabra. Señor, permítenos ser discípulos misioneros perseverantes en la orción
por tu Hijo Jesucristo, nuestro maestro y Señor. Amén.
**Respuesta:Conocer a Jesús, oración, amar, papás, compartir, obedientes, respetar, verdad, amable y servir
**Respuesta:Conocer a Jesús, oración, amar, papás, compartir, obedientes, respetar, verdad, amable y servir
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